A ocho kilómetros de la frontera con España, esta localidad francesa de orígenes medievales marca el comienzo del Camino de Santiago galo.

El encanto está en los pequeños lugares
A ocho kilómetros de la frontera con España, esta localidad francesa de orígenes medievales marca el comienzo del Camino de Santiago galo.
A escasos kilómetros de la frontera, este pueblo francés recoge la delicadeza gala y las costumbres vascas.